miércoles, 2 de mayo de 2012

Quique Pesoa 2012, entre radio y otras yerbas

Por Elizabeth Ambiamonte
Mediados de febrero. 40 grados a la sombra en San Marcos Sierras. Sin embargo Quique luce impecable. Pantalones largos bombacha, cinturón de cuero con amplia hebilla, y una remera rojinegra que no hace honor al club de sus amores, Rosario Central.

Allí -en el paraje cordobés que él ubica más cerca de la salina grande y el semidesierto, que del Valle de Punilla- instalado en el parque de su Hostería La Merced, que desde hace ocho años administra con su compañera Leda, mientras el resto de los mortales se derretían, Quique Pesoa nos habla de radio.

¨Para la gente que hace radio y producciones es necesario no perder la curiosidad, el sentido de percibir las cosas.¨ Asevera convincente, con tono amable. ¨Si yo no percibo, es muy difícil que pueda contar algo. Primero tengo que ensayar la percepción –subraya- y después ponerme a ver cómo cuento. Y armar climas.¨

Hombre de radio, de ideología y convicciones. Sin miedo y con honestidad su voz, inconfundible, puede salpicar palabras bajo un ¨cielo azul para siempre¨, como sacudirlas sin prejuicio. Las atónitas orejas dibujan signos de exclamación, mientras despunta el vicio con algún tema musical, que tararea.

Por algo eligió la radio, de eso estaba hablando. Y continúa ¨es como que te enseñan la teoría del emisor, el receptor y el canal. Bueno, pero nadie te explica de qué manera podés aceitar ese canal para que lo que vos querés decir llegue más claro, más redondo, más preciso¨, concluye. ¨Entonces ahí es donde aparece el clima, aceitando ese canal. Donde aparece también el uso del lenguaje. También olvidado, ¿viste?¨.

 ¨Estoy hablando de una serie de herramientas que hacen al continente, no al contenido. Del contenido nos ocupamos todos. Investigamos, vamos, juntamos material. ¿Y después?, ¿qué hacemos con eso? Y ahí es donde aparece el continente. Donde aparece la relación fondo-figura, de cualquier pintor¨.

La metáfora plástica lo entusiasma, pero luego ensaya una más sabrosa. ¨Es como si yo te dijese: bueno, compraste las papas, compraste la falda, compraste todo lo necesario para hacer el puchero. Pero no tenés la olla. Cagaste hermana. No tenés la olla, y la olla es importante. Y no es cualquier olla. No es la finita de aluminio. Es la vieja olla, con fondo de fierro que usaba la vieja para hacer el mismo ‘cocido, en español’-pronuncia con acento andaluz- y ‘puchero’ para nosotros¨. Remata, ya con tono campero y argento. ¨Bueno, esa relación, está olvidada¨.

 Quizás por eso maravilla notar que sus palabras discurren, recorren una serie de escenografías, que él mismo crea, y contrastan entre sí. En medio de un paisaje que redunda describir como idílico, alrededor de tres mil habitantes, eligió combinar algunas pasiones. Siguió haciendo radio, armó su propio estudio. Su programa El Desconcierto del Domingo terminó en abril del 2011, pero llegó a emitirse en más de 160 radios de todo el país.

 También se animó a encarar un emprendimiento de esos que tienen mucho sabor a sueño, fabricar su propio vino. Así nació Flor de Peludo, el vino tinto que en alguna edición contó con una etiqueta, dibujada por su ilustre paisano Roberto Fontanarrosa, con la presencia –no menos destacable- del Inodoro Pereyra que le reclama ¨¿Para cuándo el Flor de Peludo rosado?¨.

Y coincide con Fontanarrosa en la reconocida creencia de que se aprende copiando. ¨Hace poco me preguntaron ‘¿y vos, como periodista, como locutor, cómo elaboraste tu estilo?’, y… choreando. Porque de cada uno a los que vas choreando, te vas quedando con alguna cosita¨. ¨No es que una vida pueda explicarse. Pero hay algunas puntas…¨.

Y hablando de puntas, retomemos. 4 de abril de 2011, El Desconcierto hizo su última transmisión. Y mientras la audiencia reclamaba el pronto retorno -a través del sitio web del programa- Quique se montó, en una nueva aventura. No tenía moto, ni sabía andar en una, y aún así emprendió el viaje a Machu Pichu, con amigos y una moto prestada. Porrazos y maravillas descriptas en chisporroteantes crónicas narradas por su protagonista. Conclusión: volvió, compro una moto y días antes de nuestro encuentro cumplió otra travesía turística, esta vez a Florianópolis, Brasil.

Con 62 años cumplidos, emprendimientos varios, mucha radio encima y ganas de seguir apostando a nuevos horizontes, anunció que volvería a hacer un programa para LT8 de Rosario. Lo haría desde sus estudios, en San Marcos Sierras. Pero una nueva oferta golpeó a su puerta. El líder socialista Hermes Binner le propuso postularlo para integrar el Directorio del AFSCA (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual). Quique nunca estuvo en la función pública, pero finalmente aceptó. Por estos días trascendió que quizás sea el Directorio de RTA (Radio y Televisión Argentina) el destino de Pesoa.

Sea cual fuere, seguramente estaremos ganando un funcionario con enorme capacidad de trabajo, talento y honestidad. Y, aceptémoslo, un hierro caliente cuando le den la palabra.

NOTA: ESTA ENTREVISTA SE REALIZÓ EN FEBRERO 2012, Y HA SIDO PUBLICADA EN ABRIL EN LA REVISTA SUCESOS CULTURALES.

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